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Los Pilluelos de Alarcón

Triste es la leyenda de ese castillo,

pues narra la historia de una pilluela

que, descarriada, al son de una chela

se abrió al bardo, el cual era otro pillo.

 

Gozaron de su amor a voz en grillo,

ajenos al señor de la Manchuela,

como si él quedárase a una vela

y no fuera a sofocar tanto brillo.

 

Leyenda triste, ya que acabó mal:

ella, tan zurrada que casi espicha,

y él, trinchado, hoguerado y fantasmón.

 

Pero eso a los viajeros les da igual,

pues vienen al castillo a por la dicha

que colmó a los pilluelos de Alarcón.

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