Sábado, 24 de mayo del 2014​

Capítulo 20

​

Aeropuerto, Riverthree, 11:50 h

 

​El hombre consultó su reloj de muñeca.

El avión había aterrizado con puntualidad, así que, con cierta parsimonia, se dirigió al punto de información del aeropuerto.

La señorita del mostrador lo miró con asombro. Un hombre de estatura media, tez morena y complexión fuerte, un tipo normal pero diferente del resto de los turistas que viajaban a Riverthree para disfrutar de la privilegiada naturaleza de las montañas, ríos, animales y senderos de los alrededores. Ese hombre vestía con un traje negro, portaba una voluminosa maleta también de color negro, lucía un elegante sombrero Fedora y preguntaba por un lugar en el que comprar vinos de calidad. La señorita le informó que no entendía de vinos, pero que probara en el restaurante del aeropuerto.

El hombre volvió a consultar su reloj.

Tenía tiempo.

Agradeció la información a la señorita y se dirigió al restaurante. Se sentó en una mesa de la terraza que daba a la terminal, y dudó entre pedir un café o un té. Cuando el camarero se acercó a él, tomó nota de un café. El hombre creyó que sería mejor que el té, puesto que él acostumbraba a beber mezclas de hierbas que él mismo preparaba a su gusto.

Echó un vistazo a la terminal.

Ese hombre había viajado por muchos países de todos los continentes, pero jamás había estado en el aeropuerto de Riverthree.